Metodo
Evitar que mi perro ladre mucho
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El manejo del ladrido excesivo comienza por un diagnóstico preciso de la causa, que frecuentemente radica en aburrimiento, ansiedad por separación, territorialidad o la búsqueda de atención. Un perro que ladra por aburrimiento necesita más ejercicio físico y desafíos mentales, como juguetes interactivos o entrenamiento de obediencia. Ignorar consistentemente los ladridos de demanda de atención es crucial, ya que cualquier respuesta (incluso un regaño) funciona como recompensa. La recompensa debe darse exclusivamente cuando el perro está tranquilo y en silencio.
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Para los ladridos reactivos o territoriales, como los dirigidos al cartero o a otros perros, la solución es la desensibilización y el contracondicionamiento. Esto implica exponer al perro al estímulo desencadenante a una distancia segura donde no ladre, y premiar su calma. Progresivamente, se reduce la distancia mientras se mantiene el refuerzo positivo. Este proceso enseña al perro a asociar el estímulo con algo positivo (el premio) en lugar de una amenaza, cambiando su respuesta emocional.

